La primera barrera es la mirada ajena, cuando el niñe hace berrinches, llora, grita, se tira al piso, pretende escapar. No sólo conlleva el peligro de que se baje a la calle sino también, tener herramientas para calmarlo.
Yo lo alzo y lo llevo para donde tenemos que ir, sin embargo, está pesado, ya no es fácil alzarlo por varias cuadras, entonces, avanzo unos metros con él a cuestas, lo bajo y vuelve a empezar…
Otros muros son las salidas, pensar si ir o no, los lugares, los días son más convenientes, no sólo parques, plazas, sino, por ejemplo, el supermercado. Yo no voy con Juan al Super, por miedo a que salga a correr, agarre cosas, haga berrinches o rompa algo, al tratar de alcanzar alguna que otra cosa. Me enteré está semana que hay un supermercado de esas grandes cadenas que martes y jueves van a ser días amigables con el autismo para que las familias puedan ir tranquilas. Van a limitar la cantidad de personas y bajar la intensidad de las luces. Son buenas acciones que ayudan a una adaptación de la vida diaria. También hay una juguetería que tiene indicado los diferentes lugares con pictogramas para que los chicos puedan buscar lo que les interese.
Voy a los locales del barrio, verdulería, carnicería, kiosco. En la carnicería lo super conocen, entran y le dicen: Milanesa ( porque le encantan y casi siempre compramos las de pollo allí). Algunos días está super bien, corre, mira, pide alfajor o galletitas y otros días, bastante complicado: se tira al piso, se escapa, hace berrinches. De igual manera, en todo este tiempo, una sola vez, tuve que dejar las cosas, volver a casa, dejarlo con el padre y hacer las compras sola.
Las esperas son un elemento a tener en cuenta (una gran barrera, diría yo) , esperas en el pediatra, al entrar a un lugar, si pasa un tiempo se empieza a aburrir o inquietar, corre, se tira al suelo, gira, se pone chinchudo. Creo que lugares como el pediatra, donde se hacen estudios, dentista deberíamos llegar y prácticamente entrar. Ya es complicado por ejemplo, llevarlo al dentista o a sacar sangre y la espera lo hace peor aún.
Otra barrera invisible, pero muy presente, es la delegación del cuidado, se queda en la casa de la abuela o con su “ttttía” G.P, pero cuando intentamos que lo pasaran a buscar por el jardín fue caótico, rechaza la idea. Pienso, como haremos cuando necesitemos nuevo niñero o niñera. La dificultad en la delegación del cuidado nos dificulta a nivel laboral, de estudio y también recreativo.
Hay otras dentro del hogar o de unx. Es sabido que a las personas autistas les molestan los ruidos, en noches como Navidad y Año Nuevo, los cohetes pueden convertir un festejo en una pesadilla. Ni hablar en Corrientes que todos los días tenemos algún santo al cual venerar.
A Juan Tupac no le molestan tanto los cohetes pero hay otros ruidos, más cotidianos que sí. Por ejemplo: el secador de pelo, por eso volví y permaneceré con el pelo corto, la licuadora, procesadora, así que tenemos que tratar de usarlas cuando él no está o duerme o el sonido se puede tapar con algo como música o dibujitos.
Aunque estas barreras están presentes y a veces se hacen más visibles, hay algunas que se han derivado o nunca estuvieron. Nuestrxs amigues siempre han aceptado a nuestro hije, hemos ido a sus cumpleaños, asados, guitarreadas, salidas al parque y, JT fue parte del lugar, es un ñiñe querido en ese entorno y eso se nota.
Bueno, hasta acá las invisibles, en otro posteo hablaré de algunas bien visibles
No hay comentarios:
Publicar un comentario